Luego de obsesionarse con la bicicleta, renunciar a su trabajo y recorrer durante más de un año 15.000 kilómetros a lo largo y ancho de Chile, Francisco Armijo (32) decidió que sentirse pequeño sobre dos ruedas entre la inmensidad de la naturaleza era algo que quería sentir todos los días. Para eso creó Pedal Sur, una empresa de turismo aventura que lleva a turistas a recorrer en bicicleta paisajes desconocidos, en una experiencia que mezcla lo mejor del deporte y la conexión profunda con la naturaleza del sur de Chile.

En 2013, gracias a un amigo pedalero, Francisco Armijo se reencontró con la bicicleta.

Se motivó y armó una a su gusto con la que comenzó a irse a su trabajo, pero con la que muy pronto formaría una relación intensa. A los pocos meses de volver a moverse en dos ruedas, Armijo comenzó a levantarse a las 5.50 de la mañana para subir seis veces seguidas el Cerro San Cristóbal los fines de semana, para luego subirlo cuatro veces más a las 18.00. “Cuando uno es niño anda mucho en bicicleta. A mi me retaban todas las noches para que me bajara de la bici y entrara a la casa. Después uno crece y va olvidando lo entretenido que es”, dice el emprendedor, recordando su infancia.

Fue en el mismo cerro que Francisco tuvo una catarsis: “Un día del año 2014, luego de una tarde de lluvia, vi una nube pasando por la parte alta de la capital, justo por encima del Cerro San Ramón. Ahí me imaginé acampando bajo esa nube, solo, y sentí una sensación muy rica”. Desde ese día que Armijo dejó el pavimento para comenzar a explorar caminos de tierra que lo llevaran a lugares desconocidos.

Después de varias vacaciones viajando en modalidad mixta, llevando la bicicleta en el pickup de su camioneta, decidió renunciar a su trabajo para hacer su primer viaje largo solo en bicicleta: la Carretera Austral. Si bien la Ruta 7 tiene aproximadamente 1.200 km, Armijo recorrió 5.500 kilómetros en tres meses y medio, entrando por todos los caminos que encontraba, buscando paraísos desconocidos.

Como si esto no fuera suficiente, cuando llegó el invierno se fue al norte chico, donde hizo la ruta Antakari, que sigue la huella de los viajes que hacían las comunidades indígenas del siglo XV en las alturas de la Región de Coquimbo. Para luego partir a otro viaje de tres meses y medio de Melipilla a Temuco buscando todos los caminos interiores que hay hacia la Cordillera de los Andes.

“A mi me gusta sentirme pequeño ante la inmensidad de la naturaleza. Te sobrecoges, y esa sensación,  ese sentimiento es tan rico, te toca la fibra más sensible. Ojalá pueda sentir eso todos los días. Eso fue lo que sentí también cuando miraba el San Ramón cubriéndose, y lo que siento pedaleando por la naturaleza”, dice Armijo.

De la aventura al emprendimiento

Durante el viaje Francisco pensaba cómo poder vivir de algo así. Comenzó a seguir en Facebook a las municipalidades de los lugares que visitaba, hasta que en el perfil de la Municipalidad de Antuco publicaron un concurso CORFO para potenciar el turismo aventura de la Región del Bío Bío.

Tras obtener el primer lugar en este concurso nació Pedal Sur, una agencia turística que tiene como objetivo llevar grupos de aventureros a un viaje en bicicleta a lugares naturales escondidos, los cuales incluyen una noche de camping, asado y paseos de trekking por algunos de los más espectaculares paisajes del sur de Chile.

Luego del regreso de operaciones de la empresa post-pandemia, Pedal Sur organiza viajes todos los fines de semana que hay buen tiempo. Se juntan en Concepción y salen cuatro camionetas cargadas de bicicletas, carpas y alimentos con un máximo de 16 personas rumbo a Malalcahuello, Conguillío, Laguna del Laja, Las Trancas o Lonquimay.

“Lo hemos pasado muy bien. Se han generado viajes y ambientes muy ricos, amigos y aventuras inolvidables. A veces hay turistas que creo no volverán nunca más y llegando a Concepción de vuelta me transfieren para reservar un cupo a la próxima travesía, donde sea” dice el creador y guía de Pedal Sur.