Los seres humanos se proponen hacer ejercicio, ponerse en forma y llevar una dieta más sana. Por el contrario, los perros no toman estas decisiones por sí mismos. No tienen que preocuparse por la fuerza de voluntad, pero, a veces, deben hacerlo sin recibir la preparación adecuada. Por eso, antes de comenzar un programa de ejercicios nuevo, asegúrate de que el perro esté preparado para hacer ejercicio evaluando sus capacidades en comparación con las exigencias del deporte.

EVALUA LA SALUD DE TU PERRO

La mayoría de los perros disfrutan de forma innata hacer actividad, sobre todo si se trata de salir de paseo con las personas. El perro siempre espera el comando "vamos". Con tan solo un silbido, la mayoría de los perros saltan del sillón y se suben al auto. Sin embargo, para un perro que ha estado quieto durante años o que tiene malestares físicos, un día de actividad podría convertirse rápidamente en algo doloroso.

Los problemas médicos evidentes, como la artritis, las enfermedades cardíacas, las enfermedades de los discos intervertebrales, los problemas pulmonares (incluida la dirofilariasis canina o enfermedad del gusano del corazón) y la obesidad, limitarán la tolerancia del perro a la actividad.

Si hace mucho que no llevas a tu perro a un control veterinario o si tiene más de 7 años, llévalo para un chequeo preliminar antes de empezar un deporte nuevo. La obesidad es una afección común que limita la movilidad y la resistencia de los perros. A veces es necesario que la dieta preceda al ejercicio, y puede resultar conveniente aumentar la actividad de forma gradual para evitar lesiones.

empieza DE A POCO

Cuando salgas por primera vez, empieza poco a poco y ten expectativas razonables. Aunque tengas ganas de correr 5 km, tu primera carrera juntos no debería ser tan larga. Comenzá aumentando de a 500 m. Después de correr 500 m, asegúrate de que tu perro se sienta cómodo para continuar. Si es así, continua por otros 500 m y vuelve a controlar cómo está.

Si vas realizar actividad física en lugares cálidos y húmedos o si el perro es de raza braquicéfala (de hocico corto). Los perros eliminan el exceso de calor corporal mediante el jadeo y las almohadillas de las patas, por lo que los golpes de calor son más comunes en los perros que en las personas.

Lleva una botella de agua fresca solo para el perro, y asegúrate de hacer pausas frecuentes para que pueda tomar agua mientras están afuera. Controla si jadea de forma excesiva, tiene la lengua ensanchada y plana y muestra un comportamiento perezoso. Todos estos son signos de un golpe de calor. Y recuerda que todos tenemos días malos, así que presta atención a lo que tu perro te está diciendo. Si le cuesta mantener el ritmo o muestra el menor indicio de dolor, es hora de volver a casa.

Por la Dra. Tracy  Dewhirst